El acoso escolar

El acoso escolar supone un problema social de gran importancia y no puede ser considerado como “cosa de niños”, ya que genera mucho sufrimiento en quien lo padece y, además, repercute negativamente en todo el entorno en el que se produce. Para diferenciarlo de otras conductas violentas que pueden producirse en la escuela, Olweus define el acoso escolar como un comportamiento de persecución y hostigamiento continuado y persistente en el tiempo, que requiere:

• Intencionalidad por parte del agresor.

• Que el agresor cause un daño a la víctima sin provocación por parte del alumno que lo sufre.

• Que se produzca un desequilibrio de poder entre la víctima y el agresor, ya sea físico, psicológico o social, que impide a la víctima defenderse por sí misma.

Debemos tener en cuenta que aunque existen factores que predisponen a ser una víctima de acoso escolar (carácter tímido e introvertido, baja autoestima, discapacidades físicas o psíquicas, diferencias raciales o de otro tipo…), cualquier niño puede sufrirlo sin presentar predisposición alguna.
Los estudios realizados en España sobre acoso escolar arrojan resultados preocupantes:

• El 40% de los niños y niñas mencionan haber padecido una situación de acoso escolar en algún momento de su vida.

• El 52% declaran haber sido testigo de alguna situación de acoso escolar.

• Se estima que alrededor de un 4% del alumnado sufre una situación de maltrato grave.

• Las soluciones que los niños aportan en situaciones de acoso escolar (tanto las víctimas como los observadores pasivos) no son eficaces ni asertivas.

Por todo ello, es importante que la escuela tenga un papel activo frente a cualquier tipo de violencia que se produzca en su medio e implemente medidas desde edades tempranas para prevenir que se desarrollen este tipo de conductas de maltrato. Una de las líneas recomendadas para la prevención del acoso escolar en el aula es la inclusión de materiales didácticos en los que se aborde el problema entre los alumnos y les ayuden a analizar la situación de la violencia escolar y a encontrar alternativas más positivas para la situación en la que se encuentre cada uno (víctima, acosador u observador pasivo).